sábado, 17 de octubre de 2009

save the last bath for me




intro reM y luego movemos los dedos aleatoriamente, monosílabos siempre Lam#, esdrújulas Fadim, puntos y comas da Capo.

que bueno que es nadar,
que fácil dejarse llevar.
que lejos sale el Sol,
como cuesta empezar.

que guapa que es mamá,
papá se ha vuelto a enamorar.
y ahora hace aviones de papel,
y juega a ver cuan lejos puede llegar.

Confieso que me cuesta madrugar
y que soy lento,
me he perdido tantos besos que más da
De nuevo busco algo que lamentar
y me impaciento
si no encuentro algo que duela un poco más de verdad

Que bueno que es viajar,
que grande la bañera de este hotel.
cuanto aguanto sin respirar,
sumergido escucho el hilo musical.

que tendrá el minibar,
la chica de la limpieza lo sabrá.
me ha sonreido al pasar,
que desastre creo que me he vuelto a enamorar.

Confieso... ReM till de end, cuerdas al aire, reverencia, Da capo again

lunes, 12 de octubre de 2009

2a inmersión

Volvemos a sumergirnos, después de un permiso de tres días. El capitán nos pide que lo atemos al periscopio, que tiene que escuchar a las sirenas sin sucumbir a su hechizo. De nada sirven nuestras advertencias.
- antes de escucharlas, una de dos, o se ahoga o pilla una otitis de cachalote.
De sus delirios emana un fuerte a tufo a alcohol. Debe de haber vuelto a discutir con su mujer, la cual murió hace ya quince años pero lo espera en la primera taberna de cualquier puerto en el que atracamos. Lo tranquilizamos y como la imagen del burro tras la zanahoria atada a una cuerda, él camina hacia su camarote tras el rastro de ron que le ofrecemos de la vieja botella del aun más viejo Carlos. 3, 2 ,1 inmersión... mientras lo oimos susurrar ese verso de Machado... y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos del mar.

sábado, 10 de octubre de 2009

Paranoid Park


Poesia en frames... y yo en un submarino de la segunda guerra mundial, perseguido por un calamar gigante espoleado por un Verne enfebrecido, las pobladas patillas llenas de algas. Nuestro cocinero, un ruso zoófilo (quien sabe si alguno de nuestros siempre sabrosos y delicados ranchos no ha pasado antes por su lecho)con destreza exquisita para el sushi, empuña la sartén y amenaza al jinete subacuático. hoy cenaremos tarde.

sábado, 3 de octubre de 2009