sueños que son certezas,
que nos cambian de sitio:
del sofá a la cama,
de un peldaño a Sinaloa.
Pasos de huella equívoca
con cuentos escritos en las suelas,
germen del jazmín sediento de verano
crece en el poso del café
y se enarbola
en todas las cosas que tienen asas.
Armarios, cacerolas, maletas y tazas.
Y concienzudo disloca el nuevo día
las patas de la cama
para que no huya tras los vagabundos
acostumbrados a dormir en el suelo,
y nos deje solos,
desvelados,
y sin saber que nos ha pasado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario