miércoles, 25 de febrero de 2009

El señor Sequoia

El señor Sequoia agacha levemente la cabeza
para no golpearse con el quicio de la puerta.
Es barbilampiño, pero todo el mundo lo sabe reaccionario:
no es de los que tira la piedra y esconde la mano,
sino que lo hace a la inversa,
y nunca encuentra la mano con la que tirar la piedra....
a la fuerza ha aprendido a perdonar.
Hay quien dice lo viejo que es,
que ya ha vivido dos posguerras y que no sabe leer
porque nunca ha creído a los que dicen
que leer es como viajar sin necesidad de moverse.
Y es que el señor Sequoia enferma
si no va en tren un solo día.
Recordar es desatarse los cordones de los zapatos
para olvidar cómo atártelos de nuevo,
y mientras piensas en lo que ha dicho
te saca una Polaroid y la guarda en una pequeña carpeta
de la que sobresalen cientos de ellas.
Nunca mira al cruzar la calle y,
a veces, se aprieta los ojos con las yemas de los dedos
para luego ver borroso y no distinguir a la persona que no tiene ganas de saludar.
Y cuando alguien le dice que con el dictador se vivía mejor
El señor Sequoia esconde su mano y luego es incapaz de encontrarla.

3 comentarios:

juliana Gómez O dijo...

esta bueno... , lo puedo poner de portada en mi proximo trabajo? , el que tendre que repetir y te entrevistare de nuevo pero mejor , besos

por si nos sabes quien soy tu fan y tu piedra en el zapato....

abigaíl dijo...

me gusta el señor Sequoia.
me gusta no distinguir a veces a la gente y perder mi mano de vez en cuando....

xavi dijo...

al señor sequoia le gustas tu, y cuando le gusta alguien sonrie como un niño dormido.